La batalla de Shiloh
Pittsburg Landing
Hardin County, TN | Apr 6 - 7, 1862
Después de las derrotas en las batallas de Forts Henry y de Donelson, el general confederado Albert S. Johnston debió retirarse de Kentucky y dejar la mayor parte del oeste y del centro de Tennessee en manos de los federales. El general mayor Don Carlos Buell y el Ejército de Ohio atravesaron Tennessee por el centro y el 25 de febrero capturaron Nashville, la primera capital confederada derrotada, mientras el ejército de Tennessee, bajo el mando del general mayor Ulysses S. Grant, se dirigía al sur hacia Misisipi. Los ejércitos federales destruyeron los ferrocarriles confederados, lo que impidió que los ejércitos rebeldes de Virginia y del oeste se reunieran, y la Confederación quedó dividida en dos.
Johnston dirigió sus tropas hacia Corinth, Misisipi, una importante encrucijada donde se unían las vías férreas del este y del oeste. Entre tanto, Grant preparó su ejército para la ofensiva y sentó campamento en Pittsburg Landing, a unos 35 km al norte de Corinth, donde entrenó a los reclutas mientras esperaba la llegada del ejército de Buell.
Johnston y el ejército de Mississippi, una armada de 44 000 hombres, anticiparon el ataque de Corinth por parte de los federales, por lo que planificaron el ataque contra el ejército de Grant en Pittsburg Landing, antes de que Buell llegara en refuerzo. Johnston puso sus tropas en marcha el 3 de abril, pero las fuertes lluvias retrasaron el ataque. Al anochecer del 5 de abril, su ejército se preparaba para atacar, a unos 6,4 km al suroeste de Pittsburg Landing, y soldados de ambos bandos intercambiaban disparos nerviosos en los densos bosques.
En la madrugada del domingo 6 de abril, tres cuerpos de infantería confederados salieron furiosos de los bosques y atacaron por el sur los campamentos federales de la división bajo el mando del brigadier general Benjamin M. Prentiss. La mayoría de los hombres no estaban preparados para el ataque. Mientras Grant se encontraba río abajo en su cuartel general, el brigadier general William T. Sherman, comandante superior de la división de Pittsburg Landing, no hizo caso a las advertencias sobre el avance de las tropas confederadas, convencido de que Johnston no dejaría Corinth. Las divisiones próximas, bajo el mando de los generales McClernand y Stephen Hurlbut, no tardaron en sufrir la presión del ataque de los rebeldes. Se desató un violento combate alrededor de la iglesia de Shiloh, donde los confederados hicieron retroceder las líneas de defensa de Sherman. Los hombres de Sherman contratacaron, pero pronto perdieron terreno y emprendieron la retirada hacia Pittsburg Landing, al noreste.
Cerca del centro de las líneas de la Unión, había un denso bosque de robles y malezas al borde de un camino. Durante la mañana, este fue el escenario de la lucha más intensa de la batalla. Durante seis horas, las brigadas confederadas arremetieron contra la defensa de la Unión. Cada ataque recibía como respuesta un despliegue de mosquetería y artillería federal. Los sobrevivientes confederados bautizaron esta posición el «nido de avispas». En el noroeste del campo, el brigadier general Daniel Ruggles, al mando de la división rebelde, reunió sesenta y dos piezas de artillería para bombardear la línea de la Unión, que se encontraba a unos escasos 365 m. La «batería de Ruggles» fue el mayor despliegue de artillería de la guerra hasta ese momento. Tras múltiples ataques, los confederados rodearon el lugar y obligaron a unos 2300 yanquis a rendirse, incluido Prentiss.
Cerca de las 2:30 de la tarde, cuando lideraba un ataque por la izquierda de la línea del nido de avispas, Johnston recibió un disparo detrás de la rodilla derecha al adelantarse a sus tropas. La bala atravesó una arteria, y la sangre se derramó dentro de su bota, sin que nadie se apercibiera. Los soldados dejaron a Johnston tendido debajo de un árbol, donde se desangró y falleció en cuestión de minutos. El segundo en jefe de Johnston, el general P.G.T. Beauregard, asumió el mando y ordenó que se detuviera el ataque.
Durante la noche del 5 de abril, llegaron las primeras unidades del ejército de Buell. Grant ordenó que se organizara una nueva línea de defensa reforzada por más de cincuenta piezas de artillería pesada. Impasible ante los acontecimientos del día, Grant preparó la ofensiva para la mañana siguiente. Consciente de que el ataque de esa mañana lo había tomado desprevenido, Sherman dijo «Grant, ha sido un día de perros, ¿no?». Grant, imperturbable, le dio una calada a su cigarro y afirmó, «Sí, pero ellos tendrán el mismo mañana».
Grant atacó a las 6:00 de la mañana del 7 de abril. Beauregard de inmediato ordenó un contraataque. Aunque sus tropas tuvieron éxito en un primer momento, la resistencia de la Unión se endureció, y los confederados debieron retroceder. Cerca de las 3:00 de la tarde, Beauregard rompió contacto con los yanquis y se retiró hacia Corinth.
El combate provocó la cifra sin precedente de 23 800 bajas, más que la Revolución de las Trece Colonias, la guerra de 1812 y la intervención estadounidense en México juntas.
La derrota de los confederados en Shiloh puso fin a cualquier esperanza de detener el avance de la Unión hacia Misisipi, y los federales centraron su atención en el cruce de vías férreas de Corinth.
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